Patagonia Bureau
Se puede apreciar la Región de Magallanes,laAntártica,Torres del Paine y otros sitios turísticos familiares.
Hace más de medio siglo se creó el Parque Nacional Torres del Paine. En 1977, el conde italiano Guido Monzino –quien escaló las Torres en los 60– donó al Estado chileno las 12 mil hectáreas con las que se establecieron sus límites definitivos. En los últimos 30 años, se han producido tres incendios graves, uno de ellos protagonizado por Rotem Sigern, el israelí que el 27 de diciembre de 2011 encendió fuego en un lugar prohibido, arrasando con 16 mil hectáreas de parque. La Corte Suprema lo acaba de condenar a pagar una multa menor a los 5 millones de pesos.
Por eso, la inquietud de qué pasará con la integridad del parque si se aumenta el número de visitantes no tardó en llegar. Alejandra Silva, directora regional de la Conaf en Magallanes y la Antártica, es partidaria de descomprimir el número de visitas en el verano y destaca que ya van tres años seguidos sin incendios forestales. “La modificación a la ley de bosques ayudó mucho a delimitar la zona para hacer fuego y en las porterías hacemos una inducción de seguridad a los visitantes”, explica, aunque reconoce que “nos faltan recursos para contratar más personal”. La temporada de verano pasada, cuenta, trabajaron con alrededor de 120 guardaparques (30 permanentes y 80 adicionales) y para este año podrán contratar a 60 (es decir, tendrán 90). Conaf es la encargada de administrar las Torres del Paine y su presupuesto para ello es de 1.276 millones de pesos (para el financiamiento de personal permanente, transitorio y las operaciones, que van desde patrullajes hasta mantención de infraestructura).
“La falta de presupuesto es preocupante”, advierte Kusanovic, para quien “un parque de esta envergadura necesita más recursos, pues de lo contrario sucede lo que hemos visto: mega incendios, personas perdidas, fallecidas y accidentes en carreteras en mal estado”.
“El parque tiene 200 mil hectáreas y atrae a 200 mil visitantes a año. La sobrecarga tiene más que ver con cautivar turistas educados y responsables que estén bien informados y regulados, para que su paso por el parque genere el mínimo impacto posible”, comenta Miguel Purcell, director ejecutivo de Tierra Patagonia, y agrega: “Un gran ejemplo es Yellowstone, el primer parque nacional del mundo que en sus más de 800 mil hectáreas recibe más de tres millones de visitantes al año”.
La seguridad es un tema. La conectividad es otro. Hoy, el aeródromo Teniente Gallardo de Puerto Natales –ciudad más cercana ubicada a 115 kilómetros del parque– sólo recibe vuelos comerciales en verano. Durante el año hay que acceder a través de Punta Arenas (a tres horas del destino). El MOP llamó a licitación para ampliar la pista de aterrizaje y el terminal de pasajeros. Un proyecto que tendrá un costo de 7.278 millones de pesos y que se concretará en febrero de 2016.
La idea de formar el Patagonia Bureau es estar preparados y bien posicionados para cuando el aeropuerto esté operativo. Ello, dicen, va a potenciar los viajes, pues el factor tiempo influye a la hora de elegir un destino. “Vas a poder salir de Santiago a las 6 AM y estar a la 1 de la tarde en el parque tomándote un pisco sour”, cuenta Kusanovic.
Para armar el Patagonia Bureau postularon a un Proyecto Asociativo de Fomento (Profo) de la Corfo, en el cual obtuvieron casi 70 millones de pesos por 3 años. El sector privado puso otros 28 millones. Recursos que serán invertidos en una mayor promoción del destino y mejora en la infraestructura para recibir más turistas en otoño e invierno.
“La alianza público-privada ha sido fructífera, generando resultados concretos en el corto plazo. Esto ha sido posible siguiendo una receta conceptualmente simple: participar cuando se es convocado; facilitar información y apoyo cuando es solicitado; y pedir soluciones, pero llegar con algunas alternativas bajo el brazo”, resume Víctor Fernández, gerente de la HYST.