Viajar en un lujoso crucero para tomar un whisky ultra premium con hielos sacados en el momento de un milenario glaciar. Vivencias como esas corresponden al turismo de lujo, concepto que no tiene una definición rígida, dado que varía de acuerdo al gusto del consumidor, su estilo de vida, procedencia y objetivos de la visita.
Sin embargo, lo cierto es que este tipo de turismo está ligado a vivir una experiencia especial, exclusiva y de alto costo. Según un informe Luxury Briefing Trends, los clientes quieren “meterse en la piel” de los destinos, vivirlos como un local, donde el factor humano prevalece. Dentro de la región, quienes llevan la cabeza en este tipo de turismo son Perú, Argentina, Brasil y Chile, país que, actualmente, se encuentra posicionado en el tercer lugar de Latinoamérica, mientras que en 2014 se adjudicó el segundo puesto, según los datos de Virtuoso, red de turismo de lujo líder en la industria de viajes internacional. “En Chile el turismo de lujo se ha ido desarrollando en las últimas décadas y ha tomando importancia. El país no es un gran productor de productos de lujo, pero sí puede ser un gran productor en el turismo, puede también producir vinos de lujo, por lo que es muy importante que se tomen en cuenta políticas gubernamentales para que se desarrolle y se haga conocido internacionalmente”, declaró María Luisa Figueroa, gerente de Asociación de Marcas de Lujo (AML) .
Hotel Awasi ubicado en Torres del Paine
De acuerdo a un estudio de dicha entidad, en el que participaron importantes actores de la industria como Hotel Awasi, Crystal Cruises, Grand Hyatt Santiago, Lapostolle Residences, Hotel Boutique Santa Rita Casa Real, W Hotel Santiago, y el socio colaborador Travel Security First, el turismo de lujo en Chile mueve cerca de US$142 millones, considerando turismo emisivo y receptivo, lo que refleja un crecimiento proyectado de 8,6% para el 2015. Al momento de observar la cifra en detalle, se puede ver que US$67 millones corresponde al turismo emisivo, con una expectativa de crecimiento de 10%; y US$75 millones el receptivo con un incremento proyectado del 7%, respecto al 2014. El gasto promedio es de US$18.000 por persona, el cual se estima un 13% más que el año anterior. Al ver el desglose de lo que gastan estos visitantes, el listado está encabezado por los hoteles (38%), seguidos de pasaje (25%); operadores y rent a car (18%), restaurante (13%), compras (5%) y casino (1%). Perfil del turista de lujo
The Singular Patagonia ubicado en Puerto Natales.
Un turista de estas características busca cada vez mayor personalización, además de ofertas marcadas por la autenticidad, paisajes prístinos y experiencias que emocionan. Además, se revela un alto crecimiento por nuevas rutas y formatos, cada vez más vanguardistas. “El turista de lujo que ya ha realizado los cruceros convencionales, ahora busca experiencias totalmente diferentes. Por eso, creamos inéditas exploraciones y productos, donde destacan Crystal Esprit, un extravagante yate con capacidad para 62 pasajeros que ofrecerá experiencias íntimas, exclusivas y de inmersión con un ambiente tipo boutique; y Crystal Luxury Air, avión de dos pasillos Boeing 787 Dreamliner que realizará un itinerario de aproximadamente 28 días y visitará 10-12 lugares remotos y/o codiciados”, confiesa Patricio de la Sotta, gerente comercial de Crystal Cruises.
En este trabajo, las compañías también se han adaptado bastante al turista latinoamericano, entendiendo que posee costumbres más relajadas al estadounidense o al europeo. Sin embargo, existen diferencias entre el turista de lujo que se mueve dentro de Chile y el que sale hacía el extranjero. “El que sale es más bien un turista mayor, el turismo de lujo hacia el extranjero no es un viaje familiar, es un viaje más bien en pareja, es un viaje que se planifica, es más cómodo, un servicio completo donde se incorpora mucho el tema de las agencias porque todo tiene que funcionar. Sigue primando la experiencia. La comodidad y la experiencia siempre van de la mano”, afirma Figueroa.
Similar apreciación es la que tiene Álvaro Castilla, gerente comercial de Travel Security, quien explicó que “el turismo de lujo hacia afuera no está buscando naturaleza que puede encontrar en Chile, sino más experiencias asociadas al descanso; tiene mucha preferencia por el Caribe o el Mediterráneo, y a lo cultural, como viajes dentro de Europa, Turquía, China milenaria, India, donde van buscando mezclar lo mejor de ambos países: lo cultural y servicio con buena gastronomía”.
Viña Lapostolle
Respecto a las edades, un 55% tiene sobre 56 años; un 17%, entre 46 y 55 y un 18% menos de 35, generalmente jóvenes parejas invitados por sus padres. El destino preferido es el Mediterráneo con un 65%; le sigue el Báltico con un 10% y el resto son destinos exóticos. En cambio, el turista que busca lujo dentro de Chile corresponde a personas que se enfocan más en la naturaleza y vivir experiencias especiales ligadas al outdoor, donde se mezcla una gastronomía de calidad y servicios óptimos y personalizados. No obstante, últimamente se ha visto la tendencia de que los jóvenes, de la nueva generación Milenio o Millennials, están tomando preponderancia dentro de este tipo de turismo. “Estas personas posponen quizás muchas veces decisiones fuertes de inversión para poder viajar y esos viajes van asociados a la búsqueda de experiencias. Muchas de las motivaciones de trabajos es poder financiarse viajes y poder experimentar mejores tipos de productos y servicios”, detalló Castilla. Por todo lo anterior, a juicio de Elena Carretero, gerente de Asuntos Corporativos y Sustentabilidad de Viña Santa Rita, “lo principal es entregarles una oferta variada en cuanto a productos, servicios, disponibilidad y flexibilidad horaria, de acuerdo a sus necesidades; con vivencias desde las más clásicas, con un tour y degustación privada, hasta más vanguardistas, como a Santa Rita en helicóptero y subirse al pedal bar”.
Así lo confirma Karina Kotzanek, gerente de Lapostolle Residence, quien considera que “es esencial entregar vivencias irrepetibles que deben ser únicas e íntimas, que inspiren, emocionen y que den a conocer nuestra cultura desde la artesanía, gastronomía y actividades al aire libre”.