El mundo avanza frenéticamente en áreas como el desarrollo científico, tecnología, comercio y producción industrial. Cada vez vemos menos arboles y más edificios. Por suerte aún queda un lugar en el mundo que no está siendo afectado por esta actitud acelerada de la sociedad moderna. Es la Región de Aysén, que presenta una riqueza geográfica y biológica que aún no se termina de medir. A continuación presento los 10 motivos porque amo esta región:
Clima
Ubicada en la Patagonia chilena, Aysén cuenta con una superficie de 108 494,4 km², convirtiéndola en la tercera más grande del país (tras Magallanes y Antofagasta).
Ya, quizás para muchos el clima sureño no es el ideal. No hay sol todo el año y las precipitaciones son frecuentes. Sin embargo esta región tiene la particularidad de tener las estaciones del año muy marcadas. El invierno es lluvioso y con nieve un par de veces que puede traer dificultades, pero también trae magia y asombro. El verano llega a ser intensamente caluroso y hay gran abundancia de ríos donde refrescarse. La primavera es florida y el otoño amarillo como de calendario. Cada estación pinta un nuevo paisaje y ofrece su propio conjunto de actividades.
Paisaje
Es una de las quince regiones en las que se encuentra dividido Chile.
Creo que no exagero cuando digo que en esta región puedes encontrar casi cualquier tipo de paisaje que te puedas imaginar. Con excepción de lugares áridos y desérticos, la variedad es tremenda, pasando por bosques, montañas, cerros, ríos, mar, playas, valles y muchos otros escenarios. La poca intervención y lo prístino de estos los convierten en verdaderas joyas para fotógrafos profesionales y aficionados, además de quienes busquen la inspiración que solo la naturaleza puede ofrecer. Menos urbe, más naturaleza
Es una provincia de Chile, perteneciente a la Región de Aysén del General Carlos Ibáñez del Campo.
El poblado más grande de la región es Coyhaique y la verdad es que no es tan grande. Con cerca de 60.000 habitantes según el censo de 2012, aún tiene rasgos de pueblo pequeño y es muy fácil caminar un poco para estar fuera de la urbe y en la naturaleza. En el resto de la región hay una serie de otros poblados, la mayoría pequeños y con acceso a zonas poco intervenidas que literalmente pueden cambiar tu perspectiva del mundo. Es una forma de vida que pocos han tenido la valentía de enfrentar y que te hace preguntarte si serías capaz de hacerlo.